Reseña de Daniel Terrasa
El pasado 19 de marzo, día del padre, salió a la venta un libro con un título que venía muy al caso: Padre, memorias de un narco español. La primera entrega de una trilogía que promete ser apasionante.
No se trata de una novela de ficción al uso, sino de un testimonio real novelado y contado en primera persona, imagino que convenientemente maquillado para evitar problemas. En todo caso, un relato crudo y fascinante como pocos. Disfruté mucho leyéndolo.
Padre es una mirada a una realidad de la que todos creemos conocer bien pero de la que sabemos muy poco: el narcotráfico en España y todo lo que gira a su alrededor.
Para picar aún más la curiosidad del lector, un subtítulo que no puede ser más sugerente: Del seminario al narcotráfico. Este podría ser un resumen muy somero de lo que contiene este primer volumen, aunque leyendo la historia del protagonista descubrimos que este tránsito es mucho más complejo y accidentado de lo que cabría imaginar.
A través de las páginas de Padre viajamos a la provincia de Almería durante los años 80 y 90. El narcotráfico, un negocio incipiente, se ha convertido en el modo de vida de la familia del pequeño Antonio. El niño crece en un entorno feliz, pero también conoce el “secreto” y lo que representa.
Al hacerse mayor, Antonio (el “loco”, el “guapetón”, el “estudiao”), parece estar llamado a recorrer un camino vital diferente, muy lejos del ambiente del que procede. Cuando ingresa en el seminario acudiendo a la llamada de Dios no puede imaginar hacia dónde le va a conducir el destino.
“La victoria en mis negocios de narcotraficante no me la ha dado Dios (…) Lo que Dios me sigue dando es paz… La poca paz que tengo se la debo a Él”.
Padre se lee de un tirón. Es imposible no quedarse pegado a cada una de sus páginas, a veces con el corazón encogido. Hay pasajes conmovedores y emotivos, pero también muchos otros ciertamente duros de digerir. Y es que el autor expone ante los ojos del lector el submundo del narcotráfico en toda su crudeza, desprovisto de todo romanticismo. Una realidad que despierta curiosidad y repulsión a partes iguales.
La novela está escrita con un estilo directo y vívido. José A. Kapelo nos cuenta las cosas tal como son (o como fueron), sin rodeos ni remilgos. No hay espacio para rellenos ni para ornamentos superfluos, aunque sí para deslizar algunas reflexiones cargadas de sabiduría y fatalismo.
Con todo, en la narración se intuye que el autor omite muchos detalles de forma deliberada. Él mismo reconoce que, aunque apartado hace años ya de este sórdido mundo de dinero, locura y violencia, todavía sigue estando en peligro. No es cuestión de tentar demasiado a la suerte.
Para concluir, hay que destacar la figura del padre de Antonio, cuya sombra alargada se proyecta a lo largo de toda la narración. En esta primera parte de la trilogía todo gira de un modo u otro en torno a él, ejemplo de integridad en un mundo en el que conceptos como la lealtad o el valor de la palabra dada están condenados a la extinción. Al final del libro aparece “otro” padre, Pepe Bossi, del que seguramente sabremos mucho más en el siguiente volumen.
Extraído de la web «Humilde Lector».